Reflexiones de Nany Martínez.
Si
en el tomo III de la Historia de Orihuela, en 1903, Ernesto Gisbert y
Ballesteros ya describe la historia de la ermita de San Ginés de la Jara
ubicada en el actual Matamoros, ¿cómo es posible que algunos especialistas
duden tanto respecto a que el culto al Santo estaba consolidado en el conjunto
cultural y religioso formado por el Monasterio y el monte Miral antes de la
conquista cristiana
del entonces infante Alfonso X en 1245?
¿A
santo de qué recelar de la posible existencia de un convento, una congregación
de monjes que perfectamente podrían ser agustuninos del siglo V como Fray Jaime
Jordán relata en la historia de la Orden? ¿Lo científico no sería intentar
comprobarlo en vez de refutarlo taxativamente?
¿No es lógico pensar que Alfonso X eligiera a los
monjes de Cornellá, precisamente, por venerar a un San Ginés, el de Arlés?
Además, una cosa es traerlos a "repoblar el Monasterio" y otra bien
distinta fundarlo"en los primeros años de la segunda mitad del siglo XIII", como aseguraba el
ilustre medievalista Torres Fontes en "el monasterio de San Ginés de la
Jara en la Edad Media".
¿Acaso eso no encaja con la custodia de la cabeza de
San Ginés de Arlés mencionada en el Códice Calixtinus de mediados del siglo
XII, la leyenda transmitida por Aymerico Picaud?
¿Por qué Torres Fontes cree que el manuscrito anónimo
del XV sobre la vida de San Ginés de la Jara solo es fruto de la invención de
su autor ignorando por completo la terminología árabe que aparece en el texto,
propia de siglos VIII y IX pero en desuso en el siglo XV y que ha sido
estudiada por otros especialistas, como Pocklington?
Varela Hervías, en el estudio que hizo del manuscrito
en su "historia de San Ginés de la Jara", también sostiene la
existencia de un texto anterior que podría fecharse entre los siglos XIII-XIV
recogiendo una tradición oral que, por necesidad, sería anterior a la fundación
del Monasterio que Torres Fontes quería demostrar.
Curioso que Torres Fontes solo mencione el término
"cras" que se empleaba en escritos oficiales del XIV y del XV y
argumente que el autor recurriera a documentos anteriores para referenciar
hechos conocidos en su época, es decir, que la tradición oral hasta para él
contaba, porque cuesta creer que en aquella época el pueblo leyera dichos
escritos.
¿Por qué centra la influencia árabe de Granada en el
intercambio propio del siglo XV obviando la anterior tolerancia y convivencia
del culto cristiano y musulmán en esta zona de la Marca Hispánica pese a
recordar, por ejemplo, la leyenda contada por Al-Himyari, que se remonta a
antes del 1024?
Yo no sé...
Yo no sé...