LA FUNDACIÓN DEL CONVENTO DE SAN GINÉS DE LA JARA. Antonio González Velázquez.

ANTONIO GONZÁLEZ VELÁZQUEZ, HISTORIADOR Y MIEMBRO DEL INCIS (INSTITUTO CARTAGENERO DE INVESTIGACIONES HISTÓRICAS)
26 agosto 2014
01:15
LA FUNDACIÓN DEL CONVENTO
DE SAN GINÉS DE LA JARA

Cuando comenzábamos la presente investigación histórica no sospechábamos lo compleja que iba a resultarnos, dado que existe una gran variedad de opiniones y documentos sobre la fundación del monasterio de San Ginés de la Jara. Los principales son los estudios contemporáneos de Francisco Henares, Juan Torres Fontes, Eulogio Varela y Julio Mas, muchos de ellos basados en las obras clásicas de Francisco Cascales ('Discursos Históricos a la ciudad de Murcia'), Fray Melchor de Huélamo, Fray Jaime Jordán y Fray Juan Marques. Aunque todas ellas son contribuciones notables, asistimos a contradicciones en fechas y conceptos que nos producen unas dudas razonables.

Algunos autores afirman que el convento se fundó por los agustinos, con la llegada de Alfonso X. Otros que San Ginés de la Jara fue una rabita durante la dominación musulmana. O que fue fundado dicho monasterio por los agustinos en el siglo IX, estando los moros dominando España. Por último, Fray Jaime Jordán dice que los agustinos lo fundaron en el sigloV. Y nos preguntamos: Si fue fundado por los agustinos tras la llegada de Alfonso X, ¿cómo se encaja toda la historia sobre San Ginés? Si en el siglo IX ya estaba dominada la Península por los árabes, ¿cómo llegan unos monjes a la Jara pacíficamente con sus imágenes, símbolos , etcétera? Si antes de la invasión mahometana el monasterio existía, ¿quienes eran sus moradores?

Quien más se acerca, pienso yo, a la realidad es Fray Jaime Jordán, puesto que la mayoría lo refutan sin dar ningún razonamiento válido. La implantación del convento nos la proporciona dicho autor: en su capítulo XVI nos habla del antiquísimo convento de San Ginés de la Jara de Cartagena, fundado por el Venerable Padre Fray Paulo Orosio, discípulo de San Agustín.

Dice lo siguiente: «En la playa del mar de Cartagena, en unos montes de gran amenidad, distantes tres leguas de la ciudad, enamorado de aquella soledad y de las comodidades del desierto, fundó un convento de Nuestra Orden el Venerable Padre Fray Paulo Orosio, discípulo y fraile ermitaño de nuestro padre San Agustín, siendo de vuelta de África para España. El motivo de fundar este convento en la soledad de Cartagena nuestro Paulo Orosio fue el deseo de darse todo a la vida contemplativa, en compañía de sus hermanos los religiosos ermitaños agustinos, sin los impedimentos de parientes y amigos, de que debe huir el verdadero religioso; y asi vivió en este Convento todo lo restante de su vida, excepto un tiempo que visitó a San Jerónimo, con gran ejemplo de santidad y religión. Hízose esta fundación por los años de 432, como lo afirman el Maestro Fray Pedro del Campo, en su Historia General de la Orden de San Agustín, Libro 3º, Cap. 41, folio 500; el Maestro Torreli, en su Historia General de la Orden de San Agustín, Tomo I, Folio432; el Maestro Fray Antonio de la Purificación, en su Historia de la Provincia de Portugal, Tomo I, Libro I, Título 8; el Maestro Massot, en su Vida de Paulo Orosio, Folio 220; y el Abad Liberato benedictino, en su Cronicón de España, que dice así: 'Sanctus Paulus Orosius Barcinonae natus, Tarraconensis civi, Sanctus Hieronymo dilectus, sancti agustini discipulus, monachus, sen eremita, monasterii Carthaginensis Spartaria fundatur'».

Siglos después, cuando el entonces príncipe Alfonso X vino a tomar posesión del Reino de Murcia ya existía el monasterio, como señala el Padre Fray Jerónimo Román: «Sabemos que en las montañas de Cartagena se conservó un monasterio, mientras los moros señoreaban la tierra, que llamaba San Ginés, en el cual halló unos pobres y andrajosos ermitaños de San Agustín. Esto fue posible pues por el Tratado entre Abd al Aziz, hijo de Muza, y Teodomiro, gobernador de la Región, en el cual los cristianos pudieron continuar sus prácticas religiosas, entre otros aspectos del acuerdo a cambio de sumisión y el pago de impuestos».


Fray Jerónimo Román, por tanto, sitúa su fundación mucho antes de la llegada del celebérrimo infante, que no solo no fundó allí nada, sino que quedó sorprendido al ver en mitad de aquellos parajes inhóspitos a unos religiosos cristianos, cuando iba reconociendo sus nuevas posesiones; y que les encargó que le recomendasen al Señor, a él mismo y a su padre, el Santo Rey D. Fernando, para que acabasen de conquistar Sevilla. Eso explicaría el acercamiento del que fue rey sabio a dicha fundación. Hizo numerosos favores y otorgó diversos privilegios cuando fue coronado en 1256, extendiendo el convento su influencia y poder de forma importante en los siglo venideros. Pero ésa es otra historia.

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